🍤 Cómo sobrevivir a un chiringuito con niños sin perder la dignidad (ni la cartera)  El plan sonaba bien en tu cabeza: sol, mar, cerveza fría

🍤 Cómo sobrevivir a un chiringuito con niños sin perder la dignidad (ni la cartera) El plan sonaba bien en tu cabeza: sol, mar, cerveza fría

El plan sonaba bien en tu cabeza: sol, mar, cerveza fría y pescadito frito. Pero no contabas con los 57 viajes al baño, las manchas de ketchup en la ropa, la arena en el gazpacho y el camarero que lleva 20 minutos ignorando tu mirada suplicante. Bienvenida al chiringuito familiar: el escape room definitivo.

Aquí va tu manual de supervivencia. Sarcástico, realista y lleno de consejos que no te daría ninguna madre influencer de Pinterest.


1. Elige chiringuito como si eligieras colegio: ubicación, reputación… y sombra

No te dejes engañar por el cartel de “arroz del día” o el aire hippie con palets reciclados. Si no hay sombrilla decente, tus hijos se van a derretir como polos sin alma. Y tú con ellos.

Extra tip: Si hay hinchables o castillo de arena cerca… corre. Es una trampa. Acabarás pagando por ver a tus hijos subirse 5 minutos a una colchoneta caliente con olor a pies.


2. Pide lo más rápido del menú (porque no hay paz hasta que comen)

Olvídate del arroz con bogavante. Aquí no viniste a degustar. Viniste a dar de comer a seres hambrientos con prisa y poca paciencia.

👉 Menú realista: croquetas, calamares, patatas bravas y todo lo que venga en 10 minutos o menos.
👉 Menú irreal: “un arroz caldoso para compartir” = espera de 45 minutos + llanto.


3. No confíes en las sillas altas ni en los manteles

Los niños se van a caer. El mantel va a volar. Alguien va a tirar el agua. Es ley. Por eso llevas toallitas, paciencia y esa mirada de madre curtida que ya ha sobrevivido a restaurantes chinos con niños menores de 3 años.


4. Tu bebida se va a calentar. Acéptalo.

Ese tinto de verano que soñabas tomar fresquito mientras ves el mar… va a convertirse en sopa de frutas a temperatura corporal. Haz las paces con esa tristeza.
Y si logras beberlo a tiempo, felicidades: has ganado el premio adulto funcional del día.


5. Si tu hijo se duerme en la hamaca justo después de pedir... reza

Porque cuando llegue la comida vas a tener que decidir:
a) lo despiertas y se convierte en un gremlin
b) no lo despiertas y comes con una sola mano, mientras haces de caballete humano.

Spoiler: vas a elegir la opción equivocada.


6. El postre es para ti. Te lo mereces.

Ni flan casero, ni helado para compartir. Pídete algo solo para ti. Diles que no quieren postre. Diles que no queda. Diles lo que sea, pero cómetelo tranquila. Aunque sea en el baño con la puerta cerrada.


Conclusión: El chiringuito no es el paraíso. Pero tú sigues siendo una diosa, incluso con arena en los sobacos.

El verano con niños no es lo que soñabas… pero tiene algo mágico: te da excusas para comer fritura a las 12 del mediodía y beber cerveza sin sentirte culpable. Así que aunque pierdas la dignidad, el dinero y el control de la situación… te quedará el tinto de verano (templado, pero tuyo).


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